F. Martínez: “La falta de conciliación familiar provoca una carga excesiva de deberes y extraescolares”

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Ferran Martínez es psicólogo clínico y formador de la Escuela de Padres y Madres de FAMPA Castelló Penyagolosa. A continuación, nos muestra su visión sobre el debate que ha abierto la campaña de CEAPA contra los deberes escolares. Martínez valora positivamente la campaña, puesto que considera que los niños y niñas soportan demasiada carga de deberes y actividades extraescolares debido a la falta de tiempo de los adultos, para conciliar su vida laboral y familiar, impuesta por la sociedad actual por la precarización del mundo laboral. En este sentido, propone que hay que promover un cambio social para permitir que las personas puedan disfrutar de tiempo de calidad con sus hijos e hijas y acompañarlos en su desarrollo personal y académico.

¿Son necesarios los deberes? ¿Llevan los niños y niñas demasiadas carga de trabajo para casa?

Sí, los niños y niñas suelen llevar demasiada carga de tareas escolares que si las sumamos a las actividades extraescolares que hacen, como por ejemplo, inglés, piscina, tenis, gimnasia, fútbol, basquet o música, pueden llegar a generar un nivel de estrés importante en nuestros hijos e hijas.

Los deberes no son necesarios, pero las tareas escolares moderadas pueden ayudar a crear un hábito de trabajo en casa que puede facilitar en un futuro la capacidad para sentarse a estudiar y concentrarse, puesto que a partir de 3º o 4º sí que tendrán que aprender a estudiar. Los deberes se tienen que planificar y coordinar muy bien entre el profesorado para no tener un volumen excesivo que los impida jugar y disfrutar del tiempo de ocio y del deporte, puesto que a estas edades el juego y el deporte individual y social son imprescindibles para su buen desarrollo.

¿Cuánto tiempo de trabajo en casa tendrían que dedicar los niños y niñas según la edad? ¿Qué tipo de actividades deberían hacer?

Los niños y niñas deben tener tiempo para jugar por eso hemos de limitar las actividades extraescolares a unas pocas que puedan ser útiles para su desarrollo físico y social. Limitar las pluriactivitats tendría que ser una cuestión prioritaria. Las tareas escolares tendrían que estar limitadas a 15 o 90 minutos como máximo según la edad. Así, en los primeros cursos de primaria entre 15 y 45 min. podría ser un intervalo de tiempo razonable para ayudarles a crear el hábito de estar sentados y concentrados. Esto lo podemos hacer proponiéndoles tareas como dibujar, leer un cuento, un libro, jugar a un juego educativo, hacer sopas de letras o pasatiempos…

En cursos superiores el tiempo de deberes no tendría que exceder los 60 o 90 minutos. Si bien, en los primeros cursos no es imprescindible el estudio, puesto que los principales conceptos y contenidos los aprenderán en clase, sí que hay que tener en cuenta que a partir de 4º será importante crear hábitos que faciliten el tiempo de estudio y a partir de 5º y 6º se pueden introducir técnicas de estudio para que en la ESO tengan ya adquiridas las rutinas y estrategias que les garantizarán el éxito académico en un futuro.

¿Es necesario que el tiempo de trabajo en casa sea para hacer deberes de clase o se pueden fomentar desde la familia otro tipo de actividades educativas?

No es necesario que el tiempo de trabajo en casa sea para hacer deberes de clase, si desde casa se establece un tiempo “educativo” para adquirir hábitos que faciliten el aprendizaje. Se trata de facilitar los requisitos que necesitarán en un futuro para adquirir una buena capacidad de estudio, como por ejemplo, aprender a estar sentados y concentrados, a realizar lecturas comprensivas, desarrollar la memoria y adquirir conocimientos generales. Y estos requisitos se pueden adquirir también a través de la lectura en casa de cuentos, cómics, revistas, jugando a juegos de mesa o a videojuegos educativos, programando salidas o excursiones en familia.

Hay que enseñar a los padres y madres a planificar este tipo de actividades en casa y a compaginarlas con otras actividades deportivas, artísticas y musicales. Esto, pero, a veces resulta difícil por la falta de tiempo de los adultos para compaginar la vida familiar y laboral.

¿Tienen los niños y niñas de la sociedad actual suficiente tiempo para disfrutar de las relaciones sociales y el juego libre?

Realmente no. La sociedad actual provoca que los niños y niñas vivan estresados con un exceso de actividades extraescolares y de deberes que no les permiten disfrutar del juego y las relaciones sociales. Es por eso que resulta muy importante limitar las actividades extraescolares y seleccionarlas según las necesidades de los niños y niñas, así como eliminar o reducir los deberes y promover desde casa actividades que les ayuden a adquirir buenos hábitos y estrategias de estudio.

¿Están los adultos dispuestos a dedicar su tiempo libre a compartirlo con sus niños y niñas?

Vivimos en una sociedad donde prevalece la realización personal y profesional y se trabajan muchas horas por la precarización del mercado laboral. Esto resulta un problema para la conciliación familiar y nos lo tendríamos que replantear como sociedad. Tenemos que reivindicar a las empresas y sindicatos que promuevan horarios de trabajo racionales con tiempo suficiente para conciliar la vida familiar y laboral de las personas. Las familias necesitan más tiempo para poder organizarse y poder disfrutar de sus hijos e hijas para acompañarles en su desarrollo a través del juego y de experiencias educativas y sociales compartidas. Tendríamos que poder pasar más tiempo con nuestros hijos e hijas para jugar con ellos y educarlos en casa en vez de aparcarlos en actividades extraescolares.

¿De qué manera podríamos equilibrar el tiempo de trabajo y de ocio de los niños y niñas, y de sus famílias?

Podemos hacerlo racionalizando y planificando el trabajo y el ocio: Tenemos que ser flexibles y programar horarios reales para poder tener tiempos para estar con nuestros hijos e hijas educarlos en casa y disfrutar del tiempo de ocio con ellos. Los deberes no son imprescindibles, y pueden ser sustituidos por otras actividades educativas y de ocio en familia, pero tienen que estar muy planificadas y pensadas.

Pero para poder atender a nuestros hijos e hijas y dedicarles tiempos de calidad tenemos que promover un cambio social que permita realmente la conciliación de la vida familiar. Nos tenemos que poner las pilas como sociedad, y reivindicar a las instituciones y las empresas que racionalicen el tiempo de trabajo. De hecho, el debate actual que se está planteando para cambiar el modelo de programación de las tareas escolares es positivo y generador de un cambio de modelo educativo necesario en la actualidad tanto en las escuelas como casa.