Con motivo del Día Internacional de la Educación, la FAMPA Castelló Penyagolosa quiere destacar la importancia de la educación pública como un pilar fundamental para construir una sociedad más justa, inclusiva e igualitaria. Este día, declarado por las Naciones Unidas, es una oportunidad para reflexionar sobre el papel clave de la educación en el desarrollo individual y colectivo.
“Desde la FAMPA Castelló Penyagolosa reivindicamos la educación pública como la herramienta más poderosa para transformar el mundo”.
El sistema público de educación en Castelló es destacable por su importancia porcentual respecto a la educación privada y concertada, así como por su representatividad, sus iniciativas de actividades, su interacción con la comunidad y la promoción de la diversidad.
Desde su fundación, la FAMPA ha luchado incansablemente para que se respeten los derechos y las necesidades de las familias de nuestro territorio, así como del alumnado, que es el principal beneficiario de todas las demandas de las familias, y para mantenerlas siempre informadas, de manera que puedan tomar decisiones conscientes. “Siempre hemos trabajado para defender los intereses de la educación pública y de la comunidad educativa, alzando la voz siempre que ha sido necesario”.
Actualmente, la federación agrupa 253 Asociaciones de Familias de Alumnos (AMPA), que representan más del 90 % de las AMPA de las escuelas públicas de las comarcas de Castelló. Además, la cantidad de AMPA asociadas ha ido aumentando desde la pandemia, a diferencia de lo que ha estado ocurriendo en otras provincias. Con una trayectoria de más de 45 años, la FAMPA trabaja no solo para mejorar el sistema educativo, sino también para fomentar la convivencia escolar, el éxito académico y la participación activa de las familias en la vida educativa.
En este Día Internacional de la Educación, la FAMPA Castelló Penyagolosa hace un llamamiento a toda la comunidad educativa y a la sociedad en general para continuar trabajando de manera conjunta por una educación pública de calidad, inclusiva y equitativa, que respete nuestra cultura y nuestra lengua y en la que las decisiones se tomen por el bien del alumnado, y no para cumplir otros intereses.
“Solo juntos podemos conseguir que la educación sea el motor de cambio que nuestra sociedad necesita”, han concluido desde la federación.